EQUINOTERAPIA EN EL BOSQUE
Uno de los regalos más bellos de la vida es que siempre te encuentras con gente fantástica; con gente con la que hay siempre algo nuevo que aprender. Y ha sido aquí y en donde quiera que hemos estado o vivido, que hemos sido así de afortunados. La verdad es que el tema de la Equinoterapia no había estado entre nuestros asuntos de interés sino hasta que conocimos al doctor Pepe Herrera, quien es dentista y tiene su modesto consultorio en La Venta del Astillero.
Una de sus grandes pasiones, sin embargo, han sido los caballos. “Un buen día, pensé que podría utilizar esa afición en otra actividad profesional y lo primero que me vino a la mente fue la Equinoterapia”.
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Pepe se dio entonces a la tarea de especializarse en lo que es y significa esa terapia tan especial, y se compró tres caballos. “Los tres estaban muy mal nutridos y mal cuidados cuando los compré. Cuando los dueños los consideran ya inútiles, los abandonan a su suerte. (Sí, yo prefiero los caballos ya un poco viejos, pues son más nobles).
Y el peor de los tres casos es éste. Se llama Lagarto”, nos dijo señalando al hermoso corcel casi-plateado, con manchas gris oscuro y crines doradas.
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Era imposible
creer que Lagarto, hasta hacía cinco meses, había sido un caballo agresivo, pues
es tan dócil y mimoso, que hace pensar en un juguetón cachorrito. Le gusta estar
cerca de la gente, y restregarse la cabeza en quién esté cerca de él y le
muestre afecto. “El amo de Lagarto lo enseñó a bailar. Y quién sabe si pueden
ustedes imaginar el precio que pagó el pobre animal por aprender a hacerlo, ya
que este entrenamiento es a base de torturas inimaginables”. Aunque los otros
dos caballos, Perche y Tomás no eran tan ariscos, obviamente el cariño con el
que Pepe los devolvió a una vida digna había sido crucial. Eso nos hizo también
concluir que la Equinoterapia no sólo puede proporcionar ayuda a las personas
que lo requieran sino también a esos preciosos seres de quienes se depende para
estos trabajos. Los tres caballos ahora pastan tranquilos en una propiedad que
tiene Pepe en un segmento del bosque La Primavera, que es en donde lleva a cabo
sus programas.
LOS BENEFICIOS DE LA EQUINOTERAPIA
Hasta ahora Pepe ha trabajado principalmente con niños hiperactivos (algunos de
ellos con problemas de atención), y con uno con síndrome de Down. “Ha sido
fantástico observar los cambios tan rápidos en esos niños. Sus padres me han
reportado también un progreso muy visible en su actitud y motivación, así como
cambios igualmente visibles en su comportamiento general”, nos dice Pepe.
La Equinoterapia (o Hipoterapia), se conocía ya en tiempos muy remotos. En su
libro Las Dietas, Hipócrates (460-377 a.C.) asegura que trotar a caballo mejora
la salud mental y física. En nuestros tiempos, la Equinoterapia comprende cuatro
disciplinas profesionales: la medicina, la psicología, la psiquiatría y el
deporte ecuestre. En los tres primeros campos, se puede mencionar la ayuda
valiosísima vista en casos de parálisis cerebral, esclerosis múltiple, síndrome
de Down, autismo, microencefalia, secuelas de infarto cerebral; tortícolis, etc.
Es igualmente efectiva en personas que padecen problemas sensoriales, como
ciegos, sordos y mudos. También fortalece la concentración y la atención; mejora
la capacidad de comunicación así como el equilibrio y la coordinación, y es de
gran ayuda a personas con problemas emocionales, incluyendo depresión y
adicciones. Y todo ésto, repetimos, es sólo un poco entre muchísimas otras
afecciones que esta terapia puede resolver.
UNA TERAPIA A LOMO DE CABALLO
La montura de un caballo entrenado para la Equinoterapia tampoco es la que
tradicionalmente conocemos. Ésta está diseñada para estar en un contacto más
directo con el caballo, lo cual estimula varios de los músculos que se utilizan
para caminar y mantener el equilibrio. Esta montura no tiene estribos y, por lo
tanto, el jinete debe agarrarse a dos grapas.
Las monturas de estos tres caballos, por cierto, fueron elaboradas totalmente a mano por el mismo Pepe con la ayuda de su familia: su esposa Alejandra, y sus hijos, Bernardo, María José y Andrea, quienes, obviamente, han jugado un papel bien importante en los trabajos de este amigo extraordinaire.
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La Monta Terapéutica es otra opción para lo que Lagarto, Perche y Tomás tienen sus lomos disponibles, aunque también los tienen para simples y refrescantes cabalgatas entre los bellos caminos que atraviesan parte del bosque La Primavera. (Para más detalles es posible comunicarse con Pepe a su celular: 044 331 410 0990.
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ALGUNAS PERSONAS BENEFICIADAS POR LA EQUINOTERAPIA
Luis benjamín Mendoza de Autlán montó al caballo de nombre Indio, en una demostración de Equinoterápia en la Expo Ganadera en Guadalajara, México. El terapeuta Pepe Herrera, asistido por Bernardo su hijo (montando). Luis sufrió daño en la médula espinal hace tres años a causa de un accidente automovilístico, pero está recuperando el uso de sus extremidades gracias a esta terápia.