por John Pint
traducción por Susy Pint
Durante los
casi 50 años que he estado explorando cuevas, una pregunta muy común,
relativa al tema, es ¿“Cuál es la cueva más larga del mundo”?
Mammoth Cave, en Kentucky, USA—que mide 651.8 km de largo—ha sido
considerada hasta ahora la caverna más larga del planeta sin que, hasta
ahora, se conozca ninguna que la supere.
Chris
Lloyd en Box Chich Tan Cheé (La Cueva del Zanate que se Carcajea), ubicada in
Quintana Roo. Foto por David Dusek.
Podrán ustedes imaginar
mi asombro cuando el espeleólogo canadiense, Chris Lloyd, casualmente
me comentó sobre una cierta cueva que ha estado ayudando él a
topografiar cerca de Playa del Carmen, en la Península de Yucatán.
“Esta cueva, sin lugar a dudas, eventualmente será reconocida como la
caverna más larga del mundo”, aseveró.
Con un grupo de voluntarios, Lloyd ha estado trabajando en un área
llamada Pool Tunich, que significa Ombligo en maya. El líder de este
proyecto es el cartógrafo estadounidense Peter Sprouse. Pool Tunich se
encuentra justo en el centro de Río Secreto, la cueva turística más
popular en Quintana Roo. “Río Secreto”, nos dice el geólogo, “es una
hermosa cueva que tiene unas 16 entradas; y los agentes turísticos
entran con la gente por una de esas entradas para salir por una
diferente, lo cual da a los turistas una sensación de soledad, ya que
difícilmente se cruzan en el camino con otros grupos”.
Elsi Lara flota cerca de la entrada Tres Escalones del Sistema Pool Tunich, que significa Ombligo en maya. Foto por Chris Lloyd.
“Durante la expedición
de este año, nos acompañaron seis buzos de cuevas, quienes
nos ayudaron a encontrar la conexión entre varias cuevas secas”, nos
dice Lloyd. “Fue una expedición internacional, pues hubo buzos de
Austria, Finlandia, Italia, Francia y uno o dos de Estados Unidos.
Gracias a ellos agregamos cuatro kilómetros más de pasajes al total de
la distancia que habíamos topografiado hasta entonces”.
Cuatro kilómetros no me parecieron tantos hasta que Lloyd me mostró con
precisión un panorama más amplio. Peter Sprouse, dice él, con
frecuencia ha mencionado que: “Hay solamente una cueva en Quintana Roo,
y sólo es cuestión de conectar los partes”.
La mayoría de las cuevas en esta zona son subterráneas y muchos buzos
han trabajado durante años para medir la longitud de estos pasajes
inundados. Cuando los espeleólogos que trabajan con Peter Sprouse en
áreas secas (“dry cavers”) llegan y hacen la conexión de una cueva
inundada a otra, los resultados pueden resultar asombrosos. Por
ejemplo, en 2012, Sistema Dos Ojos se conectó al Sistema Sac Actún.
“Topografiamos 200 metros de pasajes que, por casualidad, estaban en
una posición clave”, comentó Lloyd, “y el resultado fue una
cueva de 335 metros de largo, ahora oficialmente reconocida
como la segunda cueva más larga del mundo.”
Puedes observar en la Lista de las Cuevas más Largas del Mundo, de Bob
Gulden (Bob Gulden´s list of the World´s Longest Caves),
que—además del Sistema Sac Actún—hay otras siete cuevas en la lista que
se ubican en Quintana Roo. Si sumas éstas a Sac Actún, tendrías
entonces una sola cueva de 768 kilómetros, es decir una más larga que
Mammoth Cave. Y, si todavía no estás convencido, nota que el Servicio
Geológico de Quintana Roo (QRSS) tiene archivos sobre 353 cuevas
subacuáticas en esta zona. Tienen un total de 1376.5 kilómetros de
pasajes y todas podrían ser nada más que las partes de “una sola
cueva”, claro, si Peter Sprouse tiene razón. Es sólo cuestión de
tiempo, dicen los que saben.
Y, si no quieres realmente esperar a que esto suceda, puedes concederte
el privilegio de visitar una cueva en Quintana Roo. Sólo tienes que ir
a Cancún e inscribirte en uno de los muchos tours a Río Secreto.
Y ¿Qué se siente estar dentro de una “cueva seca”?
“Primeramente”, dice Chris Lloyd, “debes entender que en esta área,
´cueva seca´ significa que los tanques para bucear no son necesarios
para visitar. Por lo que a los turistas se les da solamente un traje de
neoproeno y un chaleco salvavidas”.
La entrada a Pool Tunich tiene 50 metros de ancho y 8 metros de altura.
“Es absolutamente impresionante”, dice Lloyd. “Bajas por unas escaleras
de piedra que instalaron ahí los mayas hace 2,000 años. Luego, llegas a
una pileta de agua templada que conecta con el acuífero principal, la
cual va de una pared a otra. La plataforma sobre la que caminas está
formada
por depósitos de calcita. Es posible que, en algunos lugares, se
encuentren pequeños hoyos, por lo que, si te topas con alguno, te
podrás ver nadando. El agua es clarísima y si tienes suerte, podrías
también toparte con algún camarón ciego y a lo mejor con alguna
tarántula que
cayó por alguna de las muchas entradas”.
Ocasionalmente,
encontrarás también pequeñas anguilas entre las raíces que han
encontrado su camino arrastrándose entre todo ese material de roca
caliza que tiene sólo uno o dos metros de espesor. Lo que estas raíces
buscan es llegar al agua y, una vez que lo hacen, saben que han logrado
su propósito, pues ahí encuentran los nutrientes necesarios aunque, en
la superficie, el ambiente se presente seco. Ocasionalmente estas
raíces se impregnan de material calizo y se transforman en columnas
relucientes. Y, por supuesto, en estas cuevas se ven todo tipo de
formaciones como estalactitas y estalagmitas, blancas, en general,
aunque a veces también multicolores. Y todo ahí es tan limpio y
resplandeciente que, de esta cueva sales, de hecho, más limpio que
cuando entraste.
¿Te interesa visitar Río Secreto? Pues,
decídete pronto porque, una vez que esta cueva se convierta en La Cueva
más Larga de Mundo, el precio del tour de seguro se duplicará.
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